Un sismógrafo de NASA instalado en Marte detecta dos terremotos considerables


Ilustración de un corte de InSight en Marte
 Créditos: IPGP / Nicolas Sarte

El módulo de aterrizaje InSight de la NASA ha detectado dos fuertes sismos en Marte que se originaron en una ubicación llamada Cerberus Fossae, el mismo lugar donde se registraron anteriormente otros dos. 

Los nuevos terremotos tienen magnitudes de 3.3 y 3.1. Los sismos anteriores fueron de magnitud 3,6 y 3,5. InSight ha registrado más de 500 terremotos hasta la fecha, pero debido a sus claras señales, estos han sido cuatro de los mejores registros de terremotos para poder sondear el interior del planeta.

El estudio de los marsquakes (terremotos marcianos) es una de las formas en que el equipo científico de InSight busca desarrollar una mejor comprensión del manto y el núcleo de Marte. El planeta no tiene placas tectónicas como la Tierra, pero tiene regiones volcánicamente activas que pueden causar sismos. Los terremotos del 7 y 18 de marzo añaden peso a la idea de que Cerberus Fossae es un centro inequívoco de actividad sísmica.

“En el transcurso de la misión, hemos visto dos tipos diferentes de marsquakes: uno que es más parecido a los de la Luna y el otro, más parecido a los de la Tierra”, dijo Taichi Kawamura del Institut de Physique du Globe de Francia, quien ayudó a proporcionar el sismómetro de InSight a la NASA. “Las ondas de los terremotos viajan más directamente a través del planeta, mientras que las de los terremotos lunares tienden a ser muy dispersos”. «Curiosamente», continuó Kawamura, «estos cuatro terremotos más grandes, que provienen de Cerberus Fossae, son similares a los de la Tierra”.

Los nuevos terremotos tienen algo más en común con los principales eventos sísmicos anteriores de InSight, que ocurrieron hace casi un año marciano (dos años terrestres) en el verano del Norte de Marte. Los científicos habían predicho que este sería nuevamente un momento ideal para escuchar los terremotos porque los vientos marcianos se volverían más tranquilos.

El sismómetro es lo suficientemente sensible como para que, protegido como está cubierto por un escudo en forma de cúpula para aislarlo del fuerte viento, las ventiscas aún le causen suficientes vibraciones y no puede detectar algunos marsquakes.

Las extremas temperaturas también lo afectan en gran manera: cerca del módulo de aterrizaje estas pueden oscilar desde casi -100º C durante la noche, a 0º durante el día. Estas variaciones extremas de temperatura pueden estar causando que el cable que conecta el sismómetro al módulo de aterrizaje se expanda y contraiga, lo que causa frecuentes picos en los datos.

Por ello, el equipo de la misión ha comenzado a intentar aislar parcialmente el cable, del exterior. Comenzaron usando la pala en el extremo del brazo robótico para dejar caer tierra marciana sobre el escudo térmico y formar así un montículo contra el viento. Enterrar totalmente la sonda sísmica es, de hecho, uno de los objetivos de la siguiente fase de la misión, que la NASA extendió recientemente por dos años más, hasta diciembre de 2022.

A pesar de los vientos que han sacudido el sismómetro, los paneles solares de InSight permanecen cubiertos de polvo y la energía disminuye a medida que Marte se aleja del Sol. Se espera que los niveles de energía mejoren después del mes de julio, cuando el planeta comience a acercarse nuevamente al Sol. Hasta entonces, la misión irá apagando sucesivamente los instrumentos del módulo de aterrizaje para que InSight hiberne, despertando periódicamente para comprobar su salud, poder comunicarse con la Tierra y saber que no está sola. 

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